domingo, 26 de agosto de 2012

Imagino y sueño...


Cómo poder explicarte lo feliz que me hace…
…ser tu Universo, tu espacio infinito, tu hogar de cristal.
Protegerte ante todo y todos, que seas lo esencial desde el primer momento que supe que ibas a llegar, ser tu mamá. Todo alrededor pierde fuerza y sentido, sos el latir de mi existencia.
Mi vientre se hizo cuna formando un nido entre mi piel, ahora somos dos latiendo a la par, no hay comunión más perfecta y hermosa hijo que la que conformamos hoy.

Nos observo feliz frente al espejo, cada día es nuevo y mágico, creces con una fuerza y una Luz impresionante ¡Sos tan inmenso dentro de tu pequeñez!
Por las noches te acaricio, con la delicadeza que se palpa el algodón, mientras trenzo mil sueños para vos. Me pregunto como serás, imagino el brillo de tus pequeños ojos, tu contagiosa risa, tus manitos perfectas y el latir de tu corazón fuera de mí. Me desarmo por olerte, por reconocernos, por comunicarnos con ese profundo silencio que solo los recién nacidos hablan. Me paso horas soñando con tu llegada, con cada detalle y anhelando el momento de tenerte en mis brazos para alimentarte, para mostrarte el mundo, para que puedas conocer con tus propios ojos las maravillas de las cuales te hablo siempre.

Y así pasamos los días, unidos desde el Alma y el corazón.
Cada movimiento tuyo que me sorprende, y me hace cosquillas, me recuerda que no estoy sola, que una luminosa vida se esta gestando a cada segundo en mi interior, que cada vez falta menos para conocernos y que maravillosamente, es para toda la vida.
¡Cuánto queda por soñar, por imaginar juntos, por construir de la mano!

Nunca nadie me dio tanta Luz, fuerza y esperanza.
Te amo y te espero con el corazón abierto de par en par.
Mamá

10/09/11

Gracias


Gracias por haberme elegido entre millones de mujeres.
Gracias por darme la oportunidad.
Gracias por confirmar mis más íntimas certezas.
Gracias por iluminar las sombras. 
Gracias por confiar en las condiciones, yo siempre confiare en tu elección.
Gracias por hacerme conocer el verdadero Amor incondicional.
Gracias por ayudarme a ordenar mis prioridades en pleno caos moderno.
Gracias por el latir de tu corazón galopante que es música celestial para el mío.
Gracias por la esperanza que sembraste en mí y en todas las personas que me rodean que te aman y construyen un mundo hermoso para tu recibida.
Gracias por darme la fuerza vital cuando sentí que ya la había perdido.
Gracias por hacerme crecer de una manera tan única.
Gracias por devolverme sentimientos que pensaba extinguidos.
Gracias por expandir mi canal de luz. 
Gracias por presentarme el Milagro de la vida que implica ser mujer y procrear.
Gracias, desde ya, por todo lo que vas a enseñarme.
Gracias por llegar, por volver, por existir.
Gracias por permitirme ser mamá, hijo.
Esa será la palabra más hermosa del Universo cuando tu voz la pronuncies:
Mamá.

N.P.S
09/07/11

Nueve lunas de Luz




Nueve meses de crecimiento mutuo
Nueve meses de comunión
Nueve meses compartiendo cada paso
Nueve meses de incondicionalidad
Nueve meses latiendo a la par
Nueve meses siendo tu Universo
Nueve meses de puro amor
Nueve meses de entrega absoluta
Nueve meses de conocimiento profundo
Nueve meses siendo uno; nada se iguala a la unidad que conformamos.
Doscientos ochenta días para poder, por fin, sonreírnos cómplicemente
Que sabia es la naturaleza. .

Nueves meses forman la experiencia espiritual más maravillosa que una mujer puede atravesar; dar vida y conocer el verdadero Amor incondicional para finalmente: dar a LUZ.

¿Quién puede conocerte y amarte más?

Mamá

31/07/11

Amanece y no dormi




Amanece y no dormí,
tu sonrisa me ilumina más que cualquier sol,
nunca estuve más despierta.




Quiero acompañar tus tiempos; ya no importa despertarme cien veces una misma noche.
Tengo toda la vida para dormir; ahora es tu momento.  Ahora quiero abrazarte, cantarte, observarte mientras descansas y compartir mi cama, ahora nuestra, con tu calorcito.
Amo darte la teta y disfrutar con vos del placer que te da, me maravilla como creces con este néctar.
Quiero sostener tus procesos y acoplarme a tus necesidades, sin más prejuicios, sin más quejas, sin más consejos, sin más mitos; que el instinto comande entre vos y yo. 
Dejar fluir.
Si; de repente las cosas se han revertido cuando elegí soltar la queja y abrazar la bendición de tu presencia, eso me renovó la energía y el corazón.
En estos cinco meses cambiaste tanto, transitamos tantas etapas juntos, desafíos y momentos difíciles. Estas tan grande, tan precioso, cómplice, alegre y compañero. Ahora valoro criarte más que nunca, porque es la manera de verte crecer minuto a minuto, de maravillarme con cada cambio, con cada nueva mueca, logro, experiencia. Nunca más vas a volver a tener esta edad, una sola vez en la vida voy a vivir tu primera infancia y estoy TAN feliz de poder aprovecharla de esta manera tan intima, tan nuestra, tan especial. Es ver la realidad desde otro lado, darme cuenta que el sacrificio fue enorme y que si bien sentí que la oscuridad me tragaba más de una vez, hoy estoy entera y de pie mirando hacia el frente con vos acurrucado entre mis brazos, lleno de carcajadas y olor a rosas.
Somos un equipo hermoso, pequeño guerrero.
Tengo toda la vida para pintar, para trabajar, para salir, para seguir con “mi vida” y ahora mi vida sos vos y elijo no vivirlo más como una traba sino al contrario como una expansión de mi ser, ahora además de todo lo que fui y soy, soy mamá.
Basta de quejas. Basta de lamentos. Basta de consecuencias. Basta de problemas. Basta de caer en el lugar de victima. Basta de creer que todo es injusto y de sentir que “siempre” salgo perdiendo ¿Cómo se puede perder teniendo por hijo un ser como vos? Que tonta fui, envidiando la libertad ajena, esa responsabilidad tan lábil y obligada. Ahora entiendo que no quiero eso y que jamás lo hubiera preferido (aunque en momentos desesperantes creí necesitarlo).
Quiero disfrutarte a cada instante, aunque el agotamiento me supere, aunque dedique 25 hrs diarias a tu cuidado, a tu crianza, a tu bienestar, lo elijo una y otra vez porque el momento es mágico y es único.  Adoro tu compañía y que cada día sea una aventura diferente.

Es inexplicable lo que disfruto a tu lado, haciéndote cosquillas y riéndome con vos con todo el cuerpo. Viendo como te asombras por cada cosa nueva y sos tan feliz con pequeñeces.
No te imaginas cuanto me enseñas y como aprendo de vos. Y tu inocencia.
Gracias Nehuén, dulce, sabio, por haberme elegido, por hacerme mamá.
Gracias por ayudarme a crecer, porque vos también me acompañas a mí en este proceso de crecimiento, cada pequeño logro tuyo hace que yo también supere un desafío más.

Te amo, desde los pies hasta el Alma, hijo.

Nady
Mayo 2012


Biencriar



Como madre me compete  escribir sobre un tema tan fundamental, y controvertido  como es la crianza de nuestros hijos, más puntualmente sobre ese ridículo supuesto que lamentablemente aún persiste en nuestra sociedad actual;  estoy hablando de la famosa palabra que tanto les gusta usar a muchos para calificarnos: “malcriar”. Si, quisiera rescatar que al menos los pediatras convencionales hace ya unos cuantos años están destituyendo el supuesto de que tenerlo a upa, por ejemplo, no es malcriarlos. Suele pasar que la masa parece confiar más en la medicina que en el propio instinto, con lo cual este giro es positivo desde ese punto de vista. Por que “si lo dice el dotor” palabra santa; no sea cosa que uno tenga que hacerse responsable por criar, haciéndose cargo de cometer errores y de aceptar que uno es humano y es necesario equivocarse ¡Por que es la única manera de aprender!
Retomando la temática que me pertenece, hablare en base a mi experiencia y la de muchas mamas con las que comparto estos temas en el grupo de crianza, en mi trabajo con familias y entre mi circulo social.
En principio, la mayoría hemos padecido el ataque masivo de opiniones durante el embarazo y después, también. Nunca  faltan familiares y gente invasiva que con sus comentarios desafortunados e ignorantes, critican y opinan; aunque nadie les haya pedido nada. Parecen aprovechar el momento donde una esta más vulnerable y sensible que nunca para bombardearte de información, que en realidad desinforma, y no dejarte ni siquiera responder u opinar. Aunque una intente generar el espacio para expresarse, de forma políticamente correcta, parece que la palabra pierde peso y se diluye en medio del bullicio ajeno. La sensación de invasión es tan agotadora y frustrante que a veces encerrarse en un cuarto, largarse a llorar o responder de mala gana, son las únicas maneras de que respeten un poco la privacidad y los momentos tan íntimos como son los primeros contactos físicos entre una madre y su pequeño bebé.
En mi caso personal desde que mi hijo nació, parece ser que todos se han convertido en eximios pediatras, psicólogos, puericultores y especialistas en crianza. Dan órdenes de cómo criar, como amamantar, como tiene que dormir, respirar y vivir. Ponelo así, dejalo allá, dale cada tres horas, que no se malacostumbre, etc. Parece que no se cansan, que no conocen el significado de la palabra “respeto” como tampoco el de  “libertad”.  Si cada uno tuvo su propia oportunidad de criar ¿Por qué no respetar el derecho de cada mamá o familia a elegir? Una cosa es el consejo sano o la opinión respetuosa, y otra cosa es la invasión constante,  la critica innecesaria y la necesidad de marcar todas y cada una de las consecuencias que traerá cada actitud que una toma con su bebé lo cual puede generar miedo o culpa en una mamá sobre todo primeriza, en cambio de generar algo positivo y sano como es el acompañar la crianza respetando las elecciones de cada sujeto en particular.  
Es un malcriado” repiten varios cuando me observan con mi hijo a upa, mientras le canto o le doy besos o si llora cuando lo paso a otros brazos. Hace unos días le pregunte a una de esas personas, mirándola seriamente a los ojos ¿Darle Amor es malcriarlo? Malcriado es el que no tuvo Amor.
Ni siquiera respondió. Sera que lamentablemente muchas de esas personas no han tenido suficiente amor y compañía en su primera infancia y creen que tratar con desapego y frialdad a un niño, poniendo limites desde que nace es criarlo “como se debe” o como los han criado a ellos ¿Existe realmente un “como se debe” cuando hablamos de crianza? Personalmente considero que no hay una manera ni una forma correcta, sino que cada familia encuentra su equilibrio,  cultiva su jardín y es artífice de su propio camino ¿Tanto cuesta respetar lo que es diferente?   
Por eso me cuesta profundamente entender como puede ser que tantas generaciones de mujeres hayan criado de acuerdo a lo que les decía el pediatra, la vecina, un libro sin fundamentos o la misma televisión.  No puedo evitar preguntarme ¿Dónde habrá quedado en esas mujeres el instinto materno, la intuición femenina, la loba interior? No puedo comprender como los mandatos y la ignorancia podían ser más fuertes que la corazonada interior que permanece a flor de piel cuando las mujeres nos convertimos en madres, cuando parimos nuestros cachorros, cuando tomamos conciencia de que somos hembras, mamíferas y que nuestra cría es lo más sagrado del Universo ¿Cómo puede suceder que eso quede tan solapado y enterrado en las profundidades de una misma?
Cuando sorpresivamente la gente se anoticia de que mi hijo (de apenas dos meses recién) no duermen aún en la cuna sino en la cama conmigo o que prácticamente no usa el cochesito y lo ven dormir en brazos, acotan cosas como “es un caprichoso”, “ya te tomo el tiempo” o esa frase que me parece terrible “no te lo vas a poder sacar más de encima”. Yo les preguntaría honestamente ¿Usted quiere sacarse a su hijo de encima? ¡¡Por que yo no, señora!!
Y nuevamente la famosa frasecita juzgadora emerge: es un malcriado. Yo le preguntaría a cada una de esas personas: Señor, señora si usted podría elegir entre dormir acunado, sobre los tibios brazos de alguien de confianza, que le brinda seguridad, le canta, lo mece y lo acaricia y habla con mucho amor y dormir solo, en una habitación fría, mirando el techo vacio, en silencio ¿Qué elegiría? Cuanto cambiaria todo si lograsen ponerse un segundo en la piel de un bebé que recién llega a este mundo después de haber pasado nueve meses en el vientre materno. Además, nadie pide lo que no necesita, mucho menos un bebé indefenso e inocente, que no puede ser caprichoso o tomarte el tiempo de nada ¡Ni siquiera sabe lo que es el tiempo! Apenas intenta adaptarse al universo, al día a día, a la vida humana. Algunos bebes son más sensibles que otros, como sucede también con los adultos y cada diada tiene sus tiempos y ritmos ¿Por qué no respetarlos? En todo caso, es mi elección como criarlo porque se trata de MI hijo y SU futuro ¿No? Déjenme hacerme cargo a mi.
Por eso me genera una mezcla de tristeza e indignación sentir la carencia de tacto, de sentido común, la falta de respeto e insensibilidad con la que muchas veces se trata a los niños, que son seres humanos en formación, en pleno desarrollo. Personas pequeñas que necesitan seguridad, confianza y sobre todo AMOR.
Pienso que “malcriar” es dejar a un niño llorar solo por horas hasta que se resigne pensando que de esa manera “aprende”. Si, claro que aprende,  a que el mundo es un lugar inseguro, hostil y que aunque llore mi mamá no va a acudir a abrazarme y satisfacer lo que necesito.  Malcriar es no darle la atención suficiente, es no respetar sus necesidades, no escucharlas ni atenderlas porque se lo trata como un adulto que “tiene que entender, tiene que aprender, se tiene que acostumbrar” cuando apenas es un bebé de centímetros que intenta adaptarse y sobrevivir. Que triste que sean las propias madres quienes no puedan conectarse con su cachorro para poder cubrir esas necesidades, que a veces son tan simples y amorosas como una caricia que lo contenga, un arrullo suave, relajarse y tomarse el tiempo que ellos necesitan para alimentarse, nutrirlo no solo con leche materna sino con palabras, con abrazos y AMOR en sus múltiples maneras.
No señora, no señor, yo no malcrío a mi hijo porque le brindo seguridad y confianza, no lo sobrealimento porque le ofrezco mi leche a libre demanda, no lo vuelvo “maricon” por que lo duermo a upa, ni será dependiente por que duerme a mi lado, todo lo contrario ¡Contengo su fragilidad y acompaño su crecimiento y desarrollo respetando sus tiempos! Crio con apego, con mis propias certezas internas aunque deba luchar con “ese mundo” que en cambio de ser comprensivo, señala y critica. Ningún hijo nace con manual y es trabajo individual de cada mamá y papá conocer y reconocerse con su bebé
¿Podría permitirme hacerlo así como usted lo hizo a su manera?
Gracias.
Nadia P. Scollo, Mamifera, Mujer, Mamá y
Licenciada en Psicología.
Marzo 2012